lunes, 16 de marzo de 2009

Los controles de la democracia

Hay un punto que siempre me preocupó respecto a las democracias, aunque debo reconocer que por lo visto no genera inconvenientes mayores.

Básicamente, el punto puede enunciarse como: "¿quién controla que la mayoría no decida cualquier cosa?"

Por las dudas aclaro que esto no tiene nada que ver con el escenario político-electoral que está viviendo Uruguay, de hecho ni siquiera apunta a las elecciones en general.

Por el contrario, lo que pretendo expresar va mucho más allá y se vincula a cualquier cuestión que se someta a la decisión de todos. El punto básico es cómo podemos quedarnos tranquilos respecto a que la decisión que una mayoría toma no es abiertamente inmoral, ilegal o al menos injusta en algún sentido. Más en concreto: ¿cómo podemos quedarnos tranquilos de que las preferencias o conveniencias personales de cada uno no tuercen la balanza de una forma ilegítima?

Por ejemplo, asumamos que un grupo considerable de uruguayos está disconforme con los buenos resultados que viene obteniendo Defensor Sporting en los últimos años y decide hacer un referéndum para impulsar una ley que lo elimine de toda competición deportiva.
Por supuesto, el razonamiento para esto sería similar al de "muerto el perro, se acabó la rabia"... si Defensor es eliminado de toda competencia, entonces nunca más pelearía el título de campeón uruguayo ni tampoco ocuparía una plaza en las copas internaciones, con lo cual deja más chances a todos los demás equipos.

Asumiendo que a toda la población de Uruguay le interese el fútbol, está claro que una medida así en cierta forma podría considerarse beneficiosa para el 95% de los uruguayos (considerando que Defensor tenga el restante 5% de hinchas).

Por supuesto que esto es una simplificación porque podría considerarse que mucha gente -aun sin ser hincha de Defensor- podría no querer que se lo expulse, ya sea porque le parece una injusticia que se condene a alguien por obtener buenos resultados o por simple temor de que si la iniciativa prospera se pueda hacer otra votación para echar del campeonato al club de sus amores.


Sin embargo el hecho no cambia: en caso de que una iniciativa como esa llegara a votarse, ¿quedaríamos dependiendo por completo de que el buen juicio triunfe por sobre la conveniencia de cada votante?

¿Es suficiente esto? ¿No es un gran riesgo quedar dependiendo del criterio de conveniencia o justicia de cada persona?

Por ejemplo, la Constitución de Uruguay en su artículo 79 prohíbe que los impuestos se sometan a votación, justamente para evitar que la gente pueda utilizar su conveniencia personal y decida que se deroguen todos los impuestos.
Por supuesto que podría esperarse que mucha gente razone que derogar todos los impuestos hace en la práctica desaparecer el Estado y por lo tanto no resulta algo tan conveniente, pero ahí nuevamente se depende de que la mayoría de la gente deje de lado el aparente beneficio inmediato de no pagar más impuestos, para preservar un orden superior.

De cualquier forma, la prohibición constitucional no parece ser la respuesta a la amenaza... si la Constitución tiene un artículo que prohíbe hacer un referéndum sobre impuestos, ¿quién impide que se haga un plebiscito para derogar ese artículo específico y luego sí se proponga derogar todos los impuestos?

Imponer un artículo constitucional podría dificultar el camino, pero ciertamente no impide que se lo recorra.


Entonces la gran pregunta es: ¿existe algún orden superior que indique qué cosas son tan importantes que no pueden dejarse libradas a la voluntad de la mayoría?
¿Habrá una especie de meta-Constitución para esto?

Yo nunca la vi ni me hablaron de ella en las clases de Educación Moral y Cívica pero confío en que de alguna forma exista, aunque tampoco me queda claro quién podría ser responsable de escribirla... ¿deberíamos someterlo a votación?

2 comentarios:

  1. Si bien tiene un trasfondo religioso que ciertamente difiere del mío y la conclusión final es más radical, el artículo siguiente coincide un poco en la preocupación por algunos potenciales problemas de la democracia directa:
    http://patoace.wordpress.com/2006/09/23/los-lmites-de-la-democracia/

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  2. Uy... de esto da para hablar horas, literalmente. Me parece que hay un montón de temas que se sobreponen, de disciplinas yendo desde ética normativa hasta teoría de juegos, pasando por un montón de otras en el camino.

    Para tirar algunas puntas... empecemos por aquella máxima de que "cada pueblo tiene el gobierno que se merece". Si partimos de la hipótesis de un pueblo de idiotas amorales (características que, juntas o tal vez por separado, parecerían necesarias para que se realice tu escenario), las posibilidades son infinitas, y no habría control alguno sobre el proceso democrático.

    Claro que con esa hipótesis, la democracia probablemente no existiría. Ese pueblo hubiera caído en la anarquía, o hubiera sido subyugado por sus vecinos.

    El mero hecho de que hoy día exista la democracia implica ciertas precondiciones sobre la gente, que en mi opinión tienen razones claramente evolutivas.

    Empecemos por la moralidad. A pesar de lo que nos quieren vender las distintas religiones, la moral es una característica evolucionada, no dada (sin entrar en discusiones largas, dejo referencias a Trivers, Dawkins, Dennett, y Diamond para discusiones mas detalladas de cómo ésto se dio desde el punto de vista biológico y antropológico). Esto implica que hay un conjunto de "valores morales" que son compartidos (módulo ciertas distorsiones culturales) por toda la humanidad. Ya que esto básicamente elimina la parte amoral de nuestro pueblo estúpido y amoral, nos queda la posibilidad de un pueblo estúpido.

    De esos hay muchos, claramente (a pesar de la brillante inteligencia de la que somos capaces los humanos). No voy a dar ejemplos para no insultar a nadie, pero los hay de todas las orientaciones y colores políticos, así que cada cual puede elegir el que más le guste como ejemplo.

    El problema de un pueblo completamente estúpido, es que es muy fácil para alguien inteligente, o al menos menos estúpido que el resto, tomar ventaja de la estupidez reinante. En general, me da la impresión de que esto conduciría a regímenes no democráticos (reinos, teocracias, etc. Dejo el caso de estudio de EEUU para el lector interesado :P).

    Esto nos lleva (de una forma no rigurosa, pero no implausible tampoco), a concluir que las condiciones necesarias para que la democracia sea subvertida en la forma que vos proponés en tu experimento mental, no se dan (o tal vez incluso no pueden darse) en sociedades suficientemente avanzadas para vivir en democracia.

    Gracias por el pié para divagar un rato sobre un tema interesante :)
    Un abrazo!
    tincho

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